miércoles, 23 de enero de 2008

Nueva reflexion de nuestro comandante en jefe :"Lula"

(Primera Parte)

De forma espontánea decidió visitar Cuba por segunda vez como Presidente de Brasil, aunque mi salud no le garantizara un encuentro conmigo.

Antes, como él mismo dijo, visitaba la Isla casi todos los años. Lo conocí en ocasión del primer aniversario de la Revolución Sandinista en la casa de Sergio Ramírez, entonces vicepresidente del país. Digo de paso que este último de cierta forma me engañó. Cuando leí su libro Castigo Divino —excelente narración—, llegué a creer que era un caso real ocurrido en Nicaragua, con todos los enredos legales que son habituales en las antiguas colonias españolas; él mismo me contó un día que era ficción pura.

También me encontré allí con Frei Betto, hoy crítico aunque no enemigo de Lula, y con el Padre Ernesto Cardenal, militante sandinista de izquierda y actual adversario de Daniel. Los dos escritores procedían de la Teología de la Liberación, una corriente progresista en la que siempre vimos un gran paso hacia la unidad de los revolucionarios y los pobres, más allá de su filosofía y sus creencias, ajustada a las condiciones concretas de lucha en América Latina y el Caribe.

Confieso, sin embargo, que veía en el Padre Ernesto Cardenal, a diferencia de otros en la dirección de Nicaragua, una estampa del sacrificio y las privaciones cual monje medieval. Era un verdadero prototipo de pureza. Dejo a un lado otros que, menos consecuentes, alguna vez fueron revolucionarios, incluso militantes de extrema izquierda en Centroamérica y otras áreas, que después se pasaron con armas y bagajes, por ansias de bienestar y dinero, a las filas del imperio.

¿Qué tiene que ver lo relatado con Lula? Mucho. Nunca fue un extremista de izquierda, ni ascendió a la condición de revolucionario a partir de posiciones filosóficas, sino de las de un obrero de origen muy humilde y fe cristiana, que trabajó duramente creando plusvalía para otros. En los obreros vio Carlos Marx a los sepultureros del sistema capitalista: "Proletarios de todos los países, uníos", proclamó. Lo razona y demuestra con irrebatible lógica; se complace y se burla demostrando cuán cínicas eran las mentiras empleadas para acusar a los comunistas. Si las ideas de Marx eran justas entonces, cuando todo parecía depender de la lucha de clases y el desarrollo de las fuerzas productivas, la ciencia y la técnica, que diera sustento a la creación de bienes indispensables para satisfacer las necesidades humanas, hay factores absolutamente nuevos que le dan la razón y a la vez chocan contra sus nobles objetivos.

Nuevas necesidades surgieron que pueden dar al traste con los objetivos de una sociedad sin explotadores ni explotados. Entre estas nuevas necesidades surge la de la supervivencia humana. Del cambio de clima no había idea en los tiempos de Marx. Engels y él conocían sobradamente que un día el sol se apagaría al consumir toda su energía. Pocos años después del Manifiesto nacieron otros hombres que profundizarían en el campo de la ciencia y los conocimientos de las leyes químicas, físicas y biológicas que rigen el Universo, desconocidas entonces. ¿En manos de quiénes estarían esos conocimientos? Aunque estos continuaran desarrollándose, e incluso superándose, y de nuevo se nieguen y contradigan en parte sus teorías, los nuevos conocimientos no están en manos de los pueblos pobres, que en la actualidad integran las tres cuartas partes de la población mundial. Están en manos de un grupo privilegiado de potencias capitalistas ricas y desarrolladas, asociadas al imperio más poderoso que existió jamás, construido sobre las bases de una economía globalizada, regida por las propias leyes del capitalismo que Marx describió y desmenuzó a fondo.

Hoy, que la humanidad sufre todavía esas realidades en virtud de la propia dialéctica de los acontecimientos, debemos hacer frente a esos peligros.

¿Cómo se comportó el proceso de la revolución en Cuba? Sobre distintos episodios de esa etapa se ha escrito bastante en nuestra prensa durante las últimas semanas. Se rinde tributo a distintas fechas históricas en los días que corresponde a los aniversarios que cumplen cifras redondas de cinco o diez años. Eso es justo, pero debemos evitar que en la suma de tantos hechos descritos por cada órgano o espacio, según sus criterios, no seamos capaces de verlos en el contexto del desarrollo histórico de nuestra Revolución, pese al esfuerzo de los magníficos analistas de que disponemos.

Para mí, unidad significa compartir el combate, los riesgos, los sacrificios, los objetivos, ideas, conceptos y estrategias, a los que se llega mediante debates y análisis. Unidad significa la lucha común contra anexionistas, vendepatrias y corruptos que no tienen nada que ver con un militante revolucionario. A esa unidad en torno a la idea de la independencia y contra el imperio que avanzaba sobre los pueblos de América, es a la que me referí siempre. Hace unos días volví a leerla cuando Granma la publicó en vísperas de nuestras elecciones, y Juventud Rebelde reprodujo un facsímil de mi puño y letra sobre la idea.

La vieja consigna prerrevolucionaria de unidad no tiene nada que ver con el concepto, pues en nuestro país no existen hoy organizaciones políticas buscando poder. Debemos evitar que, en el enorme mar de criterios tácticos, se diluyan las líneas estratégicas e imaginemos situaciones inexistentes.

En un país intervenido por Estados Unidos, en medio de su lucha solitaria por la independencia de la última colonia española junto a la hermana Puerto Rico —"de un pájaro las dos alas"—, los sentimientos nacionales eran muy profundos.

Los productores reales de azúcar, que eran los esclavos recién liberados y los campesinos, muchos de ellos combatientes del Ejército Libertador, convertidos en precaristas o carentes totalmente de tierras, que eran lanzados a los cortes de caña en grandes latifundios creados por compañías de Estados Unidos o terratenientes cubanos que heredaban, compraban o robaban tierra, eran materia prima propicia para las ideas revolucionarias.

Julio Antonio Mella, fundador del Partido Comunista junto a Baliño —quien conoció a Martí y con él creó el Partido que conduciría a la independencia de Cuba—, tomó la bandera, sumó a ella el entusiasmo que emergía de la Revolución de Octubre, y le entregó a esta causa su propia sangre de joven intelectual conquistado por las ideas revolucionarias. La sangre comunista de Jesús Menéndez se sumó a la de Mella 18 años después.

Los adolescentes y jóvenes que estudiábamos en escuelas privadas ni siquiera habíamos oído hablar de Mella. Nuestra procedencia de clase o grupo social con mayores ingresos que el resto de la población nos condenaba como seres humanos a ser la parte egoísta y explotadora de la sociedad.

Tuve el privilegio de llegar a la Revolución a través de las ideas, escaparme del aburrido destino por el que me conducía la vida. En otros momentos expliqué por qué. Ahora lo recuerdo sólo en el contexto de lo que escribo.

El odio a Batista por su represión y sus crímenes era tan grande, que nadie reparó en las ideas que expresé en mi defensa ante el Tribunal de Santiago de Cuba, donde incluso un libro de Lenin impreso en la URSS —que provino de los créditos de que yo disfrutaba en la librería del Partido Socialista Popular de Carlos III en La Habana— encontraron en las pertenencias de los combatientes. "Quien no lea a Lenin es un ignorante", les espeté en medio del interrogatorio en las primeras sesiones del juicio oral, cuando lo sacaron a relucir como elemento acusatorio. Todavía me juzgaban junto a los demás prisioneros sobrevivientes.

No se comprendería bien lo que afirmo si no se tiene en cuenta que en el momento en que atacamos el Moncada, el 26 de Julio de 1953, acción que fue debida a los esfuerzos organizativos de más de un año sin contar con nadie más que con nosotros mismos, prevalecía en la URSS la política de Stalin, quien murió repentinamente meses antes. Era un militante honesto y consagrado, quien más tarde cometió graves errores que lo llevaron a posiciones sumamente conservadoras y cautelosas. Si una revolución como la nuestra hubiera tenido éxito entonces, la URSS no habría hecho por Cuba lo que más tarde hizo la dirección soviética, liberada ya de aquellos métodos oscuros y tortuosos, entusiasmada con la revolución socialista que estalló en nuestro país. Eso lo comprendí bien a pesar de las justas críticas que por hechos sobradamente conocidos en su momento hice a Jruschov.

La URSS poseía el ejército más poderoso de todos los contendientes en la Segunda Guerra Mundial, solo que estaba purgado y desmovilizado. Su jefe subestimó las amenazas y las teorías belicistas de Hitler. Desde la propia capital de Japón, un importante y prestigioso agente de la Inteligencia soviética le había comunicado la inminencia del ataque, el 22 de junio de 1941. Este sorprendió al país, que no estaba en alarma de combate. Muchos oficiales estaban de pase. Aun sin los jefes de unidades de más experiencia, que fueron sustituidos, de haber sido alertados y desplegados, los nazis habrían chocado con fuerzas poderosas desde el primer instante y no habrían destruido en tierra la mayor parte de la aviación de combate. Peor todavía que la purga fue la sorpresa. Los soldados soviéticos no se rendían cuando les hablaban de tanques enemigos en la retaguardia, como hicieron los demás ejércitos de la Europa capitalista. En los momentos más críticos, con frío por debajo de cero, los patriotas siberianos echaron a andar los tornos de las fábricas de armamentos que previsoramente Stalin había trasladado a las profundidades del territorio soviético.

Según me contaron los propios dirigentes de la URSS cuando visité ese gran país en abril de 1963, los combatientes revolucionarios rusos, curtidos en la lucha contra la intervención extranjera en virtud de la cual se enviaron tropas a combatir la revolución bolchevique, dejándola posteriormente bloqueada y aislada, habían establecido relaciones e intercambiado experiencias con los oficiales alemanes, de tradición militarista prusiana, humillados por el Tratado de Versalles, que puso fin a la Primera Guerra Mundial.

Los servicios de Inteligencia de las SS introdujeron la intriga contra muchos que eran en su inmensa mayoría leales a la Revolución. Movido por una desconfianza que se tornó enfermiza, Stalin purgó a 3 de los 5 Mariscales, 13 de los 15 Comandantes de Ejército, 8 de los 9 Almirantes, 50 de los 57 Generales de Cuerpo de Ejército, 154 de los 186 Generales de División, el ciento por ciento de los Comisarios de Ejército y 25 de los 28 Comisarios de los Cuerpos de Ejército de la Unión Soviética, en los años que precedieron a la Gran Guerra Patria.

Aquellos graves errores costaron a la URSS una enorme destrucción y más de 20 millones de vidas; algunos afirman que 27.

En 1943 se desató con retraso la última ofensiva de primavera de los nazis por el famoso y tentador saliente de Kursk, con 900 mil soldados, 2,700 tanques y 2,000 aviones. Los soviéticos, conocedores de la psicología enemiga, esperaron en aquella trampa el seguro ataque con un millón 200 mil hombres, 3,300 tanques, 2,400 aviones y 20,000 piezas de artillería. Dirigidos por Zhúkov y el propio Stalin, destrozaron la última ofensiva de Hitler.

En 1945, los soldados soviéticos avanzaron incontenibles hasta tomar la cúpula de la Cancillería alemana en Berlín, donde izaron la bandera roja teñida con la sangre de tantos caídos.

Observo un momento la corbata roja de Lula y le pregunto: ¿esa te la regaló Chávez? Se sonríe y responde: Ahora le voy a enviar algunas camisas, ya que él se queja de que el cuello de las suyas está muy duro, y se las voy a buscar en Bahía para regalárselas.

Me pidió que le diera algunas de las fotos que tomé.

Cuando comentó que estaba muy impresionado por mi salud, le respondí que me dedicaba a pensar y a escribir. Nunca en mi vida había pensado tanto. Le conté que, concluida mi visita a Córdoba, Argentina, donde había asistido a una reunión con numerosos líderes, entre ellos él, regresé, y participé luego en dos actos por el Aniversario del 26 de Julio. Estaba revisando el libro de Ramonet. Le había respondido todas sus preguntas. No había tomado muy a pecho la cosa. Creía que era algo muy rápido, como las entrevistas de Frei Betto y Tomás Borge. Luego me esclavicé con el libro del escritor francés, ya a punto de publicarse sin revisión mía con parte de las respuestas tomadas a vuelo. Por aquellos días casi ni dormía.

Cuando enfermé gravemente la noche del 26 y la madrugada del 27 de julio, pensé que sería el final, y mientras los médicos luchaban por mi vida, el jefe de despacho del Consejo de Estado leía a exigencia mía el texto, y yo dictaba los arreglos pertinentes.

Fidel Castro Ruz

Enero 22 de 2008

miércoles, 16 de enero de 2008

Reflexion de nuestro comandante en jefe Fidel "Regalo de reyes"

Los cables lo anunciaron con anterioridad. El 6 de Enero se conocía que Bush marchaba hacia el Medio Oriente tan pronto terminara su cristiano descanso de Navidad. Iba a las tierras de los musulmanes, de otra religión y cultura a la que los europeos, convertidos al cristianismo, declararon la guerra, por infieles, en el siglo XI de nuestra era.
Los propios cristianos se mataron entre ellos, tanto por motivos religiosos como por intereses nacionales. Todo parecía ya superado por la historia. Quedaban las creencias religiosas que debían respetarse, y sus leyendas y tradiciones, fueran o no cristianas. En este lado del Atlántico, como en muchas otras partes del mundo, los niños esperaban ansiosos cada 6 de Enero buscando hierbas suficientes para los camellos de los Reyes Magos. Yo mismo participé de esas esperanzas durante los primeros años de mi vida pidiéndoles lo imposible a los afortunados Reyes, con las mismas ilusiones que algunos compatriotas esperan milagros de nuestra porfiada y digna Revolución.
No disfruto de la capacidad física necesaria para hablarles directamente a los vecinos del municipio donde me postularon para las elecciones del próximo domingo. Hago lo que puedo: escribo. Constituye para mí una experiencia nueva: no es lo mismo hablar que escribir. Hoy, que dispongo de más tiempo para informarme y meditar sobre lo que veo, apenas me alcanza para escribir.
Lo bueno se espera, lo malo sorprende y desmoraliza. Estar preparado para lo peor, es la única forma de prepararse para lo mejor.
Parece irreal ver a Bush, el conquistador de materias primas y recursos energéticos de otros pueblos, trazando pautas al mundo sin importarle cuántos cientos de miles o millones de personas mueren y cuántas cárceles clandestinas y centros de torturas deben crearse para alcanzar sus objetivos. "Sesenta o más rincones del mundo" deben esperar ataques preventivos y sorpresivos. No cerremos los ojos, Cuba es uno de esos oscuros rincones. Así lo dijo textualmente el jefe del imperio y lo he advertido a la comunidad internacional más de una vez.
En Abu Dhabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, a pocas millas de Irán, la AP informa que "El presidente estadounidense George W. Bush dijo el domingo que Irán está amenazando la seguridad del mundo, y que Estados Unidos y sus aliados árabes deben unirse para confrontar el peligro antes de que sea demasiado tarde.
"Bush acusó al gobierno de Teherán de financiar a terroristas, socavar la paz en el Líbano, y enviar armas a la milicia religiosa afgana Talibán. Añadió que Irán intenta intimidar a sus vecinos con una retórica alarmante, desafía a las Naciones Unidas y desestabiliza a la región en su totalidad al negarse a aclarar las intenciones de su programa nuclear."
"’Las acciones de Irán amenazan la seguridad de las naciones en todas partes’ dijo Bush. Por lo tanto Estados Unidos está fortaleciendo nuestros compromisos de seguridad de larga data con nuestros amigos en el Golfo Pérsico y convocando a sus amigos para enfrentar este peligro."
"Bush habló en el hotel Emirates Palace, construido a un costo de 3.000 millones de dólares y donde una suite cuesta 2.450 dólares por noche. Tiene un kilómetro de largo y una playa de arena blanca de 1,3 kilómetros de largo. Según Steven Pike, un vocero de la embajada de Estados Unidos en los Emiratos Árabes Unidos, cada grano de la arena de esa playa fue importado de Argelia."
Todo el mundo sabe que él quiere la guerra contra Irán, es su guerra. Promete, además, que las tropas norteamericanas permanecerán por lo menos 10 años más en Irak.
Lo peor es la incapacidad de rectificación de los principales candidatos de los dos partidos llamados a sucederlo. Ninguno se atreve a rozar con el pétalo de una rosa esa práctica imperial, con el pretexto de luchar contra el terrorismo, engendrado por el propio sistema y su colosal e insostenible consumismo, pretendiendo lo imposible: crecimiento sostenido, empleo pleno y sin inflación.
No fueron esos los sueños de Martin Luther King, Malcolm X y Abraham Lincoln, ni de ninguno de los grandes soñadores que la humanidad tuvo a lo largo de su azarosa historia.
Quien disponga de tiempo para leer y analizar las noticias que llegan por Internet, cables y libros, puede comprobar las contradicciones a que ha sido conducido el mundo.
En un artículo publicado por El País, órgano español de prensa bastante leído, se aborda el tema de los precios de los alimentos y el combustible. Suscrito por Paul Kennedy, profesor de Historia y director de Estudios Internacionales de Seguridad en la Universidad de Yale, uno de los intelectuales más influyentes en ese país, éste afirma que "el petróleo es el mayor elemento de dependencia que tiene Estados Unidos respecto a fuerzas externas."
"A mediados del siglo XVIII, Gran Bretaña poseía la mayor industria de construcción de veleros del mundo. Sin embargo, al mismo tiempo que sus astilleros lanzaban cientos e incluso miles de veleros al año, unos inventores ingleses estaban creando la máquina de vapor, que producía enormes cantidades de energía garantizada por los yacimientos especialmente bituminosos del sur de Gales. El motor de vapor y el carbón impulsaron el desarrollo del imperio británico durante otros 150 años."
Más adelante señalaba el punto de vista que más nos interesa: la interconexión cada vez mayor entre el petróleo y los alimentos. Las razones son bien sabidas: la enorme demanda energética entre las grandes economías asiáticas y la incapacidad de los países más ricos ?Estados Unidos, Japón y Europa? de reducir su consumo.
"Pero la demanda mundial de soja también está disparándose, debido sobre todo al aumento del consumo en Asia. Las decenas de millones de cerdos que hay en China devoran una increíble cantidad de soja al año. Los precios futuros de la soja son un 80% superiores este año (diciembre de 2007) a los del año pasado (2006)."
"Nadie puede estar seguro, pero lo lógico es que el crecimiento continuo de la población mundial y el aumento de las rentas reales para más de 2 000 millones de personas en los últimos años se traduzcan en una demanda cada vez mayor de proteínas ?más carne de vacuno, más cerdo, más pollo, más pescado? y, por tanto, más cereal para alimentar a los animales."
El profesor de Yale podía haber añadido: más huevo y más leche, ya que sus producciones requieren considerables cantidades de pienso. Pero un poco más adelante alude a un artículo publicado en The Economist, principal órgano de las finanzas europeas, calificándolo de "excelente, muy detallado y aterrador", titulado El fin de la comida barata. "La revista comenzó su índice de precios de los alimentos nada menos que en 1845. EI índice de precios de los alimentos es el más alto en 162 años," afirma.
Brasil, que se autoabastece ya de combustible y posee abundantes reservas, sin duda escapará de ese dilema. Erigido sobre una meseta que fluctúa entre 300 y 900 metros de altura, posee 77 veces la superficie de Cuba. Esa hermana república disfruta tres climas diferentes. Se cultivan allí casi todos los alimentos. No padece ciclones tropicales. Unida a la Argentina, podrían ser tablas de salvación para los pueblos de América Latina y el Caribe, incluido México, aunque nunca garantía de seguridad para éstos, porque están a merced de un imperio que no admite esa unión.
La escritura, como muchas personas saben, es un instrumento de expresión que carece de la rapidez, el tono
y la mímica del lenguaje hablado, que no utiliza signos. Emplea varias veces más del escaso tiempo disponible. Escribir tiene la ventaja de poder hacerlo a cualquier hora del día y de la noche, pero no sabes quiénes van a leerlo, muy pocos pueden resistir la tentación de mejorarlo, incluir lo que no dijo y tachar parte de lo dicho; a veces
sientes el deseo de echarlo al cesto por no tener al interlocutor delante. Toda mi vida lo que hice fue transmitir ideas sobre los sucesos tal como los veía, desde
la más oscura ignorancia hasta hoy en que dispongo de más tiempo y posibilidades de observar los crímenes que se cometen con nuestro planeta y nuestra especie.
A los revolucionarios más jóvenes, especialmente, recomiendo exigencia máxima y disciplina férrea, sin ambición de poder, autosuficiencia, ni vanaglorias. Cuidarse de métodos y mecanismos burocráticos. No caer en simples consignas. Ver en los procedimientos burocráticos el peor obstáculo. Usar la ciencia y la computación sin caer en lenguaje tecnicista e ininteligible de élites especializadas. Sed de saber, constancia, ejercicios físicos y también mentales.
En la nueva era que vivimos, el capitalismo no sirve ni como instrumento. Es como un árbol con raíces podridas del que sólo brotan las peores formas de individualismo, corrupción y desigualdad. Tampoco debe regalarse nada a los que pueden producir y no producen o producen poco. Prémiese el mérito de los que trabajan con sus manos o su inteligencia.
Si hemos universalizado los estudios superiores, debemos universalizar el trabajo físico simple, que ayuda por lo menos a realizar parte de las infinitas inversiones que todos demandan, cual si existiera una enorme reserva de divisas y de fuerza de trabajo. Cuídense en especial de los que inventan empresas del Estado con cualquier pretexto y administran después las fáciles ganancias cual si hubiesen sido capitalistas toda la vida, sembrando egoísmo y privilegios.
Mientras no se tome conciencia de esas realidades, ningún esfuerzo puede realizarse para "impedir a tiempo", como diría Martí, que el imperio al que vio surgir por haber vivido en sus entrañas, destroce los destinos de la humanidad.
Ser dialécticos y creadores. No hay otra alternativa posible.
Agradezcamos a Bush su papel de Rey Mago visitando el lugar donde nació el hijo del carpintero José, si alguien conoce el lugar exacto del humilde pesebre donde el Nazareno vino al mundo. El jefe del imperio lleva como regalo, esta vez, decenas de miles de millones de dólares a los países árabes para comprar armas que emanan del complejo militar industrial, y al mismo tiempo dos dólares por cada uno de los que suministra a éstos para armar al estado de Israel, donde la agencia de Naciones Unidas que aborda el tema asegura que 3,5 millones de palestinos han sido privados de sus derechos o expulsados de ese territorio.
Su instrumento obsesivo es amenazar al mundo con una guerra nuclear. Sólo él es capaz de portar ese Regalo de Reyes.
Fidel Castro Ruz
14 de enero de 2008
7 y 12 p.m.

Fidel Castro se restablece

El líder cubano, Fidel Castro, afirma en un nuevo artículo de "reflexiones" publicado hoy en la prensa oficial que no tiene la "capacidad física necesaria" para hablar en público y que hace lo que puede: escribir.
"No disfruto de la capacidad física necesaria para hablarles directamente a los vecinos del municipio donde me postularon para las elecciones del próximo domingo. Hago lo que puedo: escribo", indica Castro en un artículo titulado "Regalo de Reyes" y publicado hoy en la prensa local junto a nuevas fotografías suyas.
En las imágenes, nuestor comandante , convaleciente de una grave enfermedad que le obligó a delegar sus cargos en su hermano Raúl en julio de 2006, aparece junto al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, con quien se reunió el martes por espacio de dos horas y media.
Lula aseguró tras el encuentro que nuestro líder tiene una "lucidez increíble", una "salud impecable" y está listo para asumir su papel político en Cuba.
"Pienso que Fidel está listo para asumir el papel político que él tiene en Cuba y asumir el papel político que tiene en la historia del mundo globalizado y de la humanidad", indicó Lula minutos antes de abandonar la isla tras realizar una visita oficial de 24 horas.
Fidel Castro se refiere en su artículo a su postulación el pasado 2 de diciembre por el municipio de Santiago de Cuba, la segunda ciudad del país en importancia, a las elecciones generales del próximo domingo, a las que concurre como candidato a renovar su escaño de diputado.
También aconseja "a los revolucionarios más jóvenes" que tengan "exigencia máxima y disciplina férrea, sin ambición de poder, autosuficiencia, ni vanaglorias" y que se cuiden los métodos y mecanismos burocráticos.
Reitera que "el capitalismo no sirve ni como instrumento" y recomienda cuidarse "de los que inventan empresas del Estado con cualquier pretexto y administran después las fáciles ganancias cual si hubiesen sido capitalistas toda la vida, sembrando egoísmo y privilegios".
El papel que cumplirá Fidel en el futuro es aún una incógnita que sólo se desvelará cuando la nueva Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) se constituya a finales de febrero -en fecha aún por confirmar- y designe a los nuevos Consejos de Estado y de Ministros, de los que el líder cubano es presidente.