miércoles, 15 de agosto de 2007

Retos y compromisos: regalo de la juventud cubana a Fidel en sus 81 años

Mientras, para los jóvenes cubanos, el Día Internacional de la Juventud de Iberoamérica será hoy apenas recordatorio de una prioridad que les ha sido concedida desde 1959, en buena parte del mundo la fecha servirá para actos locales con pocos o ningún reclamo a pesar de las carencias o, en el mejor de los casos, como marco de una que otra jornada combativa. Para algunos expertos, la promulgación por la ONU del Día Internacional de la Juventud cada 12 de agosto desde hace solo escasos ocho años, constituye reflejo de la poca trascendencia que incluso la Organización de Naciones Unidas ha concedido a este importante segmento poblacional. Cierto que la juventud constituye solo un estadio, más o menos breve, de la vida. Pero en sus hombros, quiérase o no, descansa el futuro nacional y, por ende, de la humanidad. El informe de la XIII Conferencia de Ministros y/o Altos Responsables de la Juventud de octubre de 2006, dedicado al cumplimiento de los poco ambiciosos Objetivos del Milenio, estampó la aparente contradicción de que ahora «los y las jóvenes cuentan con más acceso a la educación y menos acceso al empleo pleno y digno». Lejos de constituir un beneficio, el desarrollo tecnológico de los últimos años se convierte en un lastre adicional. Según el documento (los jóvenes iberoamericanos) supuestamente «están mejor incorporados a los procesos educativos de adquisición de conocimientos y formación de capital humano, pero se encuentran ante un contexto de obturación social que los excluye de los ámbitos para que sus capacidades tengan realización». Y agrega: «Esto se debe, en parte, a que el mercado laboral exige por un lado más años de educación y formación en destrezas y capacidades relacionadas con el avance tecnológico, pero de otra parte, disminuyen los puestos de trabajo y se hace más inestable el empleo». Como botón de muestra, baste recordar que continúa siendo una Meta del Milenio la aspiración de que en el año 2015, los niños y las niñas de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de la enseñanza primaria. En realidad, ello es un derecho. Las dificultades de los jóvenes para acceder al mercado laboral son ostensibles en todo el mundo. La fuerza laboral juvenil mundial aumentó de 602 a 633 millones (5,2 por ciento) entre 1995 y 2005, y se proyecta que aumente en 24 millones en 2015. Sin embargo, el informe de la Organización Internacional del Trabajo del año pasado sobre las tendencias mundiales de empleo señala que la tasa de participación de la fuerza laboral juvenil disminuyó mundialmente de 58,9 a 54,7 por ciento en ese propio periodo, eso significa que en el 2005 sólo cada tercer joven estaba participando activamente en el mercado laboral. Datos de la misma fuente, muestran que la población juvenil creció 13,2 por ciento entre 1995 y 2005. En cambio, la disponibilidad de empleos para este segmento de población aumentó solo 3,8 por ciento hasta alcanzar los 548 millones. En tanto crece el llamado empleo informal, la posibilidad de formar parte de una plantilla tampoco lo resuelve todo. Se afirma que la pobreza es persistente entre alrededor del 56 por ciento de los jóvenes trabajadores. Emigración del campo a las ciudades y hacia las cada vez más xenófobas y cerradas naciones del Norte, incremento de la delincuencia que es mal entronizado en América Latina y se ha hecho ostensible en Europa del Este después del derrumbe socialista; salud vulnerable por falta de atención especializada, creciente consumo de alcohol y drogas e incrementado riesgo de contraer el VIH-SIDA, conforman una realidad que se expresa en apenas dos vocablos: desigualdad y pobreza. Datos de la Organización Internacional del Trabajo calculan que casi 209 millones de jóvenes, es decir, el 18 por ciento del total vive en la pobreza extrema (con menos de un dólar al día) y 515 millones está en la pobreza (es decir, casi el 45%, con menos de dos dólares al día). En atención a la recomendación formulada por la conferencia Mundial de Ministros de Asuntos de la Juventud en Lisboa, Portugal, en 1998, la Asamblea General de Naciones Unidas, en su resolución 54/120 I, aprobó el 17 de diciembre de 1999 la nominación del 12 de agosto como Día Internacional de la Juventud. Unirse, organizarse y actuar, son las recomendaciones de la ONU... Pero los problemas siguen. Los jóvenes del mundo en cifras La población mundial entre los 15 y los 24 años de edad, aumentó de 1 025 millones a 1 153 millones entre 1995 y 2005, y representa el 18 por ciento de la población. El 89 por ciento de todos los jóvenes del mundo vive en los países subdesarrollados. Los jóvenes desempleados representan aproximadamente el 44 por ciento del total de desempleados en el mundo ha aumentado el número de jóvenes que ni trabajan ni estudian. Se estima que 34 por ciento de los jóvenes en Europa central y del Este ni trabajan ni estudian. La tasa detectada fue de 27 por ciento para África al sur del Sahara, 21 por ciento en América Central y del Sur, y 13 por ciento en las economías industrializadas y la Unión Europea.

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