viernes, 15 de junio de 2007

Batalla de ideas, una actitud ante la vida

El Héroe Nacional cubano José Martí dijo hace más de cien años que trincheras de ideas pueden más que trincheras de piedra. Como inspirador del reinicio de las luchas libertarias cubanas y perenne fuente intelectual para todas las generaciones, los cubanos comprendimos desde hace mucho su Pensamiento, y sabemos que las ideas plenamente interpretadas y asumidas con total entereza y decisión, cuando se ponen en práctica, llevan al triunfo.
De la voluntad del pueblo surgió la fuerza suficiente para llevar a feliz término el combate por la soberanía nacional, iniciado el 10 de octubre de 1868 y que alcanzó su verdadera dimensión el 1ro de enero de 1959.
En el alegato de autodefensa pronunciado por Fidel Castro durante el juicio por los hechos del Moncada, este dijo: “Ningún arma, ninguna fuerza es capaz de vencer a un pueblo que se decide a luchar por sus derechos”. Y sus palabras se han visto confirmadas a lo largo de más de cuatro décadas de bloqueo imperialista, de agresión directa, de guerra fría, de mentiras y engaños, de presión a terceros países, de conspiraciones millonarias, de chantaje y de aliento a bandas contrarevolucionarias y a solitarios y patéticos individuos que niegan las realidades más evidentes alzando sus dedos ante el sol.
Hoy crecen por toda Cuba las escuelas, los hospitales, el derecho a pensar libremente, a ejercer el voto sin propagandas ni proselitismo, el derecho a la salud, al decoro, a la dignidad, a la defensa de todo lo logrado a costa de años de sacrificio y valentía. Y como las verdades desde el fondo de un pozo son más fuertes que cualquier arma por sofisticada que sea, nuestra Batalla de ideas ha estado presente en Cuba durante todas estas largas décadas de ejercicio de los más amplios derechos ciudadanos.
Y si un nombre tuvo desde el principio este encuentro volcánico de lo viejo y esclavizador con el futuro que cada día se hace realidad, es Revolución.
Un hecho marcadamente sensible indicó un punto de partida que también era continuidad: el secuestro del niño Elián González por parientes inescrupulosos y la tenebrosa Fundación Cubano-Americana.
Pero las ideas saltaron muros, rompieron silencios y la opinión pública internacional conoció de atropellos e injusticia y de cómo, por voluntad de todo un pueblo, nuestro hijo debía regresar al seno de su familia formada por once millones de cubanos.
A partir de ese momento el mundo tuvo una visión más clara de la relación mentira-valores, bajeza-honestidad, y de cómo para ser verdaderamente justos es preciso pensar por sí mismos.
Posteriormente al regreso del niño Elián, se amplió mucho más, plasmada en los siguientes aspectos:
1.- Batalla por la liberación de los Héroes cubanos prisioneros en Estados Unidos.
2.- Batalla por el cumplimiento del Juramento de Baraguá.
3.- Batalla contra las consecuencias de la crisis económica que azota a la humanidad.
4.- Batalla por la paz.
5.- Batalla por la educación y la cultura.
Por encima de palabras y conceptos, la Batalla de ideas no significa en modo alguno una consigna, sino que implica la total comprensión de los ideales del pueblo cubano, de la voluntad de soberanía, de independencia, de paz, y de desarrollo.
Es una batalla por la justicia que se ha convertido para nosotros en una actitud ante la vida.

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