Algo muy podrido entre la mafia, los mercenarios y la SINA

El espacio radiotelevisivo Mesa Redonda expuso nuevamente abundantes ejemplos del repugnante comportamiento seguido por los integrantes de grupúsculos contrarrevolucionarios, quienes han hecho de la mentira una práctica diaria en su afán de ganar protagonismo, y sobre todo mucho dinero.
Imágenes proyectadas evidenciaron el servilismo de los proanexionistas, que conciben a los funcionarios de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana como sus jefes y amos.
A ellos les reportan por medio de un celular con una frecuencia asombrosa; les informan sobre cómo marchan las tareas planteadas por la SINA o los jefes máximos de Miami. Esas llamadas se prestan para fabricar impresionantes mentiras como la transmitida por la cabecilla Marta Beatriz Roque Cabello cuando dijo que, ante el cumplimiento de una misión, en las afueras de su casa le esperaban brigadas de defensa de la Revolución para entrarle a golpes. Luego mencionó una falsa golpeadura y que para detenerla en el sitio donde pretendió ofrecer un show, la habían "tirado como un saco de papa" dentro de una guagua.
La secuencia gráfica exhibida dejó claro que en el exterior de su morada reinaba la paz absoluta, y que su ascenso al ómnibus Yutong para retirarla del lugar ocurrió de manera lenta y por sus propios pies, cual si fuera una turista.